A Ely, como a tantas otras grandes mamás, la conocí trabajando y es de esas personas que matienen constantes el buen humor y la sonrisa pero también la capacidad inigualable (e invaluable) de decir lo que piensa, y lo que siente, con sensibilidad, inteligencia y sentido común. Dos de sus hijos fueron mis alumnos, y me pasa que los sigo viendo crecer a través de ella, de sus relatos, y doy fé de lo adorables que fueron de pequeños y lo nobles y compañeros que son ahora. Muchas veces fantaseo con cómo será mi vida cuando mis hijos crezcan, como será verlos tan altos, independientes pero también cariñosos y familieros, y también secretamente deseo que ese futuro sea muy parecido al presente de Ely, porque todo ese amor que dió y sigue dando, hoy le vuelve en abrazos grandotes y sonrisas cómplices...
Ser madre para mi es...lo mejor que me pasó en la
vida. Fui madre muuuy jovencita, y no fue fácil, nadie dijo que lo
era...A los 25 ya tenía a mis tres soles, con ellos aprendí a ser mamá,
mamá de no, mamá de si, mamá maestra, enfermera, psicóloga, payasa,
mejor chef... hoy la vida me deja cosechar lo que sembré, miro a mis
hijos y siento orgullo, admiración, infinito amor, me llenan el alma con
sus mimos, abrazos, charlas, tantos momentos compartidos que disfruto
plenamente, y soy tan feliz.
Dije que aprendí a ser madre con mis hijos, en realidad tuve una gran
maestra, mi mamá Alcira que me acompaña desde donde esté...ella era una
súper mamá, ojalá yo llegue a ser aunque sea la cuarta parte de lo que
ella fue.
Gracias, Ely!
Fotos Elizabeth Klipan
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