viernes, 14 de octubre de 2016

Bitácora de viaje: El Chaltén

Primero lo primero: un retrato de mis hijos una vez por semana, todas las semanas:




Esta es la segunda parte de nuestra aventura patagónica del mes pasado: empieza saliendo desde El Calafate hasta el final absoluto del camino a orillas del Lago del Desierto.

Saben que este viaje fue mi primera vez pisando nuestro sur argentino, y si bien sabía y Mariano me había contado lo hermoso que era, ninguna descripción le hizo justicia...
Por cierto, a todos lo viajeros y viajeras, y sobre todo a quienes viajen en familia, les recomiendo alquilar un auto para moverse con libertad de destinos y horarios: de verdad que a veces necesitábamos parar para contemplar el paisaje o simplemente para estirar las piernas, jaja

Cómo te gastamos, che! Y ya al segundo día tenías mezcla de migas de sanguchitos con galletitas dulces y jugo volcado por todo el piso... cómo si fueras nuestro verdadero auto familiar!


A un poco más de mitad de camino entre El Calafate y El Chaltén, se encuentra el parador histórico y posada La Leona (cómo gustan de usar artículos en el sur!). Por ser un punto de referencia histórica y para que el viaje no se hiciera tan largo, paramos a ver el lugar y a disfrutar de la actividad recreativa favorita de Amadeo: tirar piedras al agua!

En estos años que llevamos viajando en familia, aprendimos que en cada viaje tiene que haber puntos de interés para todos: sabíamos que íbamos a pasar varias horas en la ruta, así que decidimos hacer varias paradas para que nuestros ninjas no se aburrieran y no se fastidiaran al pasar tanto tiempo sentados en el auto; por más que amen la naturaleza, no es realista pedirles a dos nenes de 5 y 3 años que contemplen el paisaje felizmente por horas sin darles alguna forma de desgaste de energía a cambio... así que tiraron piedritas al río...

Descubrimos mariposas en todos los arbustos...

Adivinamos las banderitas de los carteles (y Amadeo ya empezó a leer algunas ciudades solito!)...

Corrimos un poco más...

Observamos una roca con pepitas de oro...

Y obvio que si lo hace Amadeo, Gaspar también lo tiene que probar! jaja

En el pequeño salón comedor del hotel, documentos de 1905 afirman que tres "gringos" se habrían hospedado aquí por un período de tiempo no muy prolongado para luego seguir viaje hacia un rumbo desconocido. Tiempo más tarde, y ante la presencia de una comisión policial que les mostrara diversas fotografías, los propietarios de aquel entonces habrían reconocido a sus distinguidos visitantes. Se habría tratado nada menos que de Butch Cassidy, Sundance Kid y su esposa Ethel Place, quienes luego de robar el Banco de Londres y Tarapacá en Río Gallegos habrían efectuado en su huída, una "parada técnica" en La Leona. Como en el lejano Oeste pero en el lejano Sur del continente!

Después de comer y tomar algo, seguimos nuestro camino: cuando volvimos a parar para apreciar la vista del lago y los picos nevados, nos encontramos con visitantes inesperados: una zorra y su cría nos inspeccionaban a pocos metros! Tengo que reconocer que me resultaba tentadora la idea de darles algo de comer para que se acercaran más a nosotros, pero también soy muy respetuosa de las indicaciones que nos dan en los parques y reservas sobre el cuidado de la fauna y no les dimos nada. Lo correcto y el buen ejemplo para nuestros ninjas, ante todo.

Ya les había comentado en el post anterior que el Parque Nacional Los Glaciares es tan grande que entra y sale de algunas ciudades: bueno, van a ver en estas fotos que gran parte de El Chaltén, incluida la parte residencial del pueblo, se encuentra dentro del parque: Qué loco, no? Se imaginan que su barrio esté dentro de una reserva nacional? Creo que sus habitantes tienen un compromiso extra con el cuidado de su entorno, se sentía en cada palabra que cruzábamos con la gente y eso me gustó mucho.

Esta es una de mis fotos favoritas por siempre jamás. Cuando a través del parabrisas se armó este cuadro, no necesité pedirle a Mariano que parara el auto, estábamos los dos hipnotizados con la majestuosidad de las montañas que se alzaban ante nosotros. Yo, que tengo una imaginación más rápida que mi cerebro, me sentí como una Hobbit en la travesía de "El Señor de los Anillos!, jaja!

Amadeo entró en la etapa donde quiere zafarse de mis besos y abrazos cada vez más rápido, así que una foto o cualquier otra excusa es buena para apretujarlo un segundo extra más! 

Pueblo a la vista!

Ya nos habían aconsejado cargar combustible en el puesto de emergencia de YPF que está en la entrada del pueblo y sólo está abierto de 10 a 18 hs. 

El Chaltén es un pueblo de montaña súper pintoresco y como estábamos fuera de temporada, la mayoría de los negocios y locales estaban cerrados, pero por suerte encontramos una taberna súper pintoresca y llena de turistas para un almuerzo tardío.

La verdad es que la comida no nos dejó un buen recuerdo, pero todo el lugar estaba lleno de juguetes antiguos y algunos juegos que les prestaban a los chicos! Con Mariano nos la pasamos diciendo "Te acordás de Alf!" o "Te acordás de las figuritas "Basuritas"! jaja! El climax fue cuando Gaspi descubrió sobre una repisa a unos Playmóbiles antiguos iguales a los de Mariano!

Además de los paisajes increíbles, algo que me encantó de este viaje al sur fue la cantidad de plazas y espacios de juegos para chicos que hay por todas partes. Creo que eso fue un plus increíble para nosotros en este viaje: nuestros ninjas nunca tuvieron oportunidad de quedarse sin jugar!

Los juegos de esta plaza imitaban la silueta que las montañas dibujaban al fondo: cuán genial es eso?!

En un momento, Amadeo, que ama las piedras, se puso una en el bolsillo y Mariano le explicó que no podíamos llevarla a casa, porque era del lugar, y aunque estuviera en una plaza seguíamos dentro de un area protegida, aunque no nos viera nadie ni nadie nos dijera nada, y Amadeo dejó la piedra y siguió jugando. A unos metros, una señora que tomaba mate y había presenciado toda la escena, le hizo un gesto de aprobación: a veces es bueno ver en otros, aunque sea en extraños, el reconocimiento de este papá genial que tenemos en casa, para recordar y valorar la claridad con la que explica antes de retar y su tono de voz dulce y firme al mismo tiempo. Sumo también a la lista el ojo para detectar plazas y juegos aun antes de que los vean los ninjas... Sos un papá genial, Mariano. Y aunque hayamos decidido que a esta familia el numero dos es el que mejor le sienta, tendria un millón de hijos más con vos (Aunque ahí sí tendríamos que hablar seriamente de tener niñera)

Al salir del pueblo, se abre un camino de ripio de vistas alucinantes!


Otra de mis fotos favoritas para siempre! Es increíble cómo en esta etapa de mi vida puedo experimentar la sensación de vivir en vivo y en directo, momentos que al mismo tiempo se convierten en recuerdos!

Ustedes vieron esa sonrisa? A veces no sé que hicimos de extraordinario para merecerla todos los días, supongo que tuvimos mucha suerte!

Al final del camino de ripio, no queda otra que caminar un poco, y aunque El Chaltén es la capital nacional del trekking, este fue el único tramo que pudimos caminar con nuestros ninjas por recomendaciones generales que tienen que ver con su edad... así que Gaspi al fin pudo estrenar la sillita que Amado tanto gastó en Costa Rica y en Cataratas! Estaba chocho y no se quería bajar, jeje!

La pequeña colina que hay que atravesar para llegar al lago es, otra vez, de cuentos de hadas...

Y hablando de magia, miren el haz de luz que rodea a Amadeo! No lo ví hasta que revisé las fotos al otro día...

Y miren cómo cambia la foto con un filtro blanco y negro, como si fuera posible que fuera aun más mágica!


Las raíces de los árboles forman escalones para subir la colina... lo dicen conmigo? Magia pura...

Y ahí nos encontramos, en el punto final que nos regalaba el camino: El Lago del Desierto.


... (Miren que hay que dejarme sin palabras a mí, eh!)



Cómo amo compartir aventuras con estos tres muchachos míos... Gracias por ser tan geniales!




Cuando emprendimos la vuelta, Amadeo no imaginó mejor despedida que tirando piedritas al lago.

Muy lejos de casa!


Si bien el camino de vuelta era el mismo que había hecho para llegar, el atardecer y el cambio de ángulo volvió a darnos una perspectiva nueva y maravillosa del mismo paisaje...


Por momentos el sol se ocultaba completamente entre las montañas...

Y después nos volvía a sorprender con todo su esplendor

Lo cruzamos juntos y sin miedo? La respuesta siempre va a ser: SÍ!

Y así te dejamos atrás, El Chaltén... sólo para que nos puedas seguir acompañando, te vivimos plenamente para llevarte en el corazón.
Qué hermoso es nuestro país de punta a punta, y aunque últimamente esta patria nos esté dando más de un dolor de cabeza, alzo a cada rincón y a toda su gente como estandarte para amarlos cada día más.
Qué tengan un finde adorable!

Fotos Gaby Morales.

Por si les interesa, les dejo algunos posts pasados de aventuras en nuestro país, pasen a chusmear!