La semana pasada terminó mi licencia por maternidad y la verdad, aunque ya sentía que era hora de empezar a salir de casa, me está costando. Hace un par de días, tuve una pequeña crisis... le dije a Mariano: "siento que el mundo me está quedando un poco grande" y es que me pasa eso: estos meses que estuve recluída en casa, cuidando a un bebé que llegó al mundo con una salud frágil y a un niño ninja abatido por los mocos, me dejaron un poco débil y el ritmo del trabajo diario me asusta un poco, pero ya llevo varios días y me voy habituando lentamente a la vorágine de llevar adelante el trabajo, una casa, una familia... y vaya si Mariano es el perfecto compañero de equipo: no lo estaría logrando si no fuera por él.
Pero, aunque lo voy llevando, el cansancio pasa factura: estoy en el punto donde me pregunto si alguna vez vamos a volver a ver una película de principio a fin en nuestro sillón... y tantas cosas de nuestro pasado no tan lejano parecen historia antigua... No parece cierto que hace tres, cuatro años atrás era común terminar de cenar y decir "Che, si salimos corriendo ahora enganchamos la última función de tal película, vamos?" y así nomás, sumábamos kilómetros de celuloide en nuestros cines favoritos... y ahora, qué es un cine? jaja! Con este espíritu, les cuento qué señales me va dando la vida de que no sólo estoy muy cansada; también me estoy "poniendo grande":
* En lugar de fotos de fiestas transnochadas, mi perfil de Facebook está lleno de fotos de bebés.
* Admiro a la gente que participa en maratones y me parecen superhéroes.
* Pensar en ir a un recital donde no haya asientos me hace doler las rodillas por adelantado.
* Me doy cuenta de que los '90 fueron hace veinte años y no lo puedo creer.
* Me he ido de un bar porque la música estaba muy fuerte o porque alguien estaba fumando cerca. Tolerancia cero!
* Me obsesiono con la pantalla solar.
* Empecé a pensar cuanta plata derroché durante mis veintipico.
* Prefiero pagar un poquito más por una habitación limpia y un baño privado en un hotel antes que ir de mochilera a un hostel.
* Me doy cuenta de que algunas prendas de moda ya no son para mí.
* Cada vez escucho menos música nueva, al punto de no tener idea quién es la banda que tanto pasan en la radio.
* Me lleva tres o cuatro días recuperarme de la primera clase de gimnasio. Me duele todo.
* Me doy cuenta de que empecé a decir "los pibes de ahora..." seguido de un comentario negativo.
* Empecé a buscar zapatos que sean cómodos.
* Nunca termino de saber usar todas las funciones de mi último celular.
* Me pone contenta el fin de semana sólo porque pienso "voy a poder dormir un rato más"
* Antes le preguntaba a mis amigos qué onda ese bar de moda al que habían ido, ahora les pregunto qué escuela les parece buena y si hay vacante.
Estoy sola en esto? Se identifican con algún punto? Me encantaría saber!!!
Imágen vía The Daily Frenchie
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