Pequeño niño ninja no sabía hacia donde mirar, así que después de un rato, decidió sólo mirarme a mi y sonreir sin parar. Admito que antes de partir y aún durante el viaje, tuve mis dudas respecto de viajar con un bebé (sobre todo el día que pasó con fiebre gracias a sus premolares) pero cada vez que veía su cara de asombro, su cara de sorpresa, sus sonrisas a los turistas (en el hotel cosechó algunos fans que veíamos bastante seguido), cada vez que veía las monería nuevas que empezaba a hacer ( creo que debido a tantos nuevos estímulos tan fuertes), cada vez que sorteábamos una nueva dificultad juntos (encontrar en los restaurants un menú más o menos adecuado para él, explicarle a un farmacéutico la fiebre por los dientes, viajar en avión combatiendo el aburrimiento), cada vez que se planchaba por estar tan agotado de pasear y recorrer lugares nuevos todo el día, supe que no nos equivocamos al viajar con él. También le estamos enseñando que estas son las cosas que deseamos hacer, recorrer, conocer, descubrir y disfrutar. |
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