Foto tomada en la cima del Empire State Building por un extraño muy amable |
Sí es cierto que los opuestos se atraen, pero también es cierto que ser un matrimonio de opuestos puede ser, por momentos, muy díficil. Mariano siempre va por más, yo soy felíz con lo indispensable o con lo que sea que tenga a mano... Él prefiere llamarse a silencio, yo quiero hablar de todo, todo el tiempo. Él piensa, yo hago. Él acomoda, yo desordeno. Él lee, yo escribo. Él necesita su espacio, yo abarco todo. Él se impresiona con la sangre, yo pongo las curitas. Con Amadeo, él es el policía bueno, yo soy el malo. Él le encuentra garrapatas a los perros, yo se las saco...
Aunque por momentos algún aspecto de uno parezca mejor o peor que los del otro, en realidad se complementan. Claro que no siempre es posible verlo así todo el tiempo, sobre todo cuando yo quiero hablar de todo, todo el tiempo y él prefiere llamarse a silencio. Pero cómo sería esta casa si reinara su orden? (ideal, diría él) Cómo sería yo, entonces? En cambio soy una persona desordenada tratando de ordenarme todo el tiempo, por él. Qué sería de él y su manía de pensarlo todo sin mi acción repentina y sin pensar? Qué sería de mi plácido conformismo sin que él me empujara a ir por más? Qué sería de mi despreocupación sin su precaución? Que sería de nosotros sin el otro?
Me encantaría saber... tienen parejas opuestas? En qué aspectos? Les es difícil complementarse?
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