miércoles, 26 de diciembre de 2012

Dos años, un mes, una semana y algunas pocas horas


Hola, niño ninja. Hace un montón que no te escribo, tal vez porque ya hablamos casi todo (o en eso estamos), pero la verdad es que no quiero perder la costumbre. Ayer pasamos nuestra tercera navidad juntos (en la primera tenías apenas un mes), y necesito frenar la vorágine del tiempo por un par de minutos para asimilar todo esto; Si me había parecido que el tiempo voló durante tu primer año, ahora que ya pasaste los dos, quiero saber quién se llevó todos esos días tan rápido, adónde se fueron (más allá de quedar en mi memoria, en mi corazón y en mis fotos!)... y después me olvido de todo eso, porque verte crecer me deslumbra por completo: por estos días, te trepás a absolutamente todo, te encanta jugar con el agua (ya sea en un vaso o en un río), empezaste a decir los nombres de la gente que nos rodea, y a demostrarles cariño más que nunca. Cuando cenamos con la familia, sos el primero en pedir un brindis y después, un abrazo en grupo. Repartís besos voladores, abrazás bien fuerte y tus risas son más contagiosas que nunca... y a veces tenemos momentos difíciles que me recuerdan que no todo es color de rosa: pasamos fiebres, enfermedades y ultimamente algunas malas noches de sueño y caprichos repentinos... sé que hace un tiempo me notás un poco distinta: estoy más cansada, no te hago tanto upa como antes y empecé a usar la palabra "hermanito" demasiado seguido. Sé que sabés lo que va a pasar, y estás dejando muy en claro que no sos muy fan de la idea. Pero si la vida, y sobre todo vos, me demostraron algo, es que los cambios, esos que dan mucho miedo, traen cosas buenas, mejores. Y ya siento como con la panza, que el corazón también se me agranda para que siempre haya un lugar especial para todos.
Ahora, mis momentos favoritos juntos son esos en que compartimos tus pelis favoritas en el futón del living (qué buena idea fue hacerlo cama definitivamente para holgazanear todo el verano, no?!), y los momentos previos a dormir cuando charlamos y a tu manera me contás un montón de cosas y repasás con palabras y gestos las cosas que hicimos durante el día, y no deja de sorprenderme como observás absolutamente todo. También me encantan las tardes de plaza y juegos, sobre todo cuando se acerca algún otro nene y sin ningún problema le prestás lo que sea que tuvieras en la mano, como si entendieras muy bien que en realidad nada es tuyo, sólo te llegó a vos primero pero todo es de todos. Ves? yo aprendo mucho de vos, y mi promesa para los días que vienen es seguir aprendiendo, aún cuando eso también signifique aprender a no estar tan pegoteada a vos, aprender a dejarte en el jardín para que tengas tus amigos, tu seño y tu propio espacio de juegos y aprendizaje, aprender a esperar que vos me das la mano en vez de sostenerla todo el tiempo...
Nos espera otro año de aventuras, pequeño gran ninja. Y el viaje más movidito, lo vamos a tener en casa pero vamos a hacer lo que mejor sabemos hacer y que ya veo que aprendiste muy bien: vamos a disfrutar la vida juntos, niño ninja. Porque te juro, el tiempo y la vida, vuelan. Pero que no nos pasen de costado, que nos atraviesen por completo!

Fotos Gaby Morales

No hay comentarios:

Publicar un comentario