miércoles, 5 de diciembre de 2012

Bitácora de viaje: Praga (la linda!)

Y un día, también llegamos a Praga, República Checa: una de las ciudades más lindas de nuestro viaje por Europa, y de las más frías! Por momentos, pareciera que es una ciudad habitada sólo por turistas, hasta que, ya saliendo un poco del centro, te cruzás con los verdaderros checos que son... súper charlatanes y simpáticos!

Y ya no me quedan dudas de que nuestro pequeño ninja, es un joven viajero. Mientras yo me la pasaba descompuesta y con náuseas (pasar del primer al segundo mes de embarazo no es lo que más recomiendo para un viaje tan movidito!), él disfrutaba de aviones, trenes, barcos y cualquier otro medio de transporte donde nos tocara subirnos ese día. De verdad, nos hizo todo tan fácil, que casi casi justifica que en casa se despierte tres o cuatro veces por noche!

La vista de la campiña desde el tren pintaba un cuadro tras otro, también me hizo tomar conciencia de la inmensidad de nuestro país, donde podés ver campo por horas sin encontrar una casita en el medio: los campos europeos parecen más grandes casas-quintas!

Ya en la ciudad, nos encontramos caminando por antiquísimas callecitas de adoquines y negocios de souvenirs para turistas: no podían faltar la marionetas de famosos...
A Putin y a Obama los hubiera dejado pasar, pero me hubiera traído a los reyes del pop y del rock! (es que ya no teníamos lugar para traer nada más, y con el riesgo de volver con exceso de equipaje!)

La plaza principal, como en un cuento de princesas es...(lo vuelvo a decir?) mágica!


Hay un reloj astronómico antiquísimo e increíble. Cada hora en punto se junta una muchedumbre de turistas para ver cómo se mueven las figuras de madera (cual Cucú gigante)
Y caminando, un poco perdidos, pasamos por el Teatro Negro de Praga. Vi uno de sus shows en Buenos Aires hace algunos años y fue una experiencia muy linda, es una técnica llena de ternura y me hizo sentir una nena otra vez... cuando Amadeo sea más grande, seguro los voy a volver a ver.
No lo sabía, pero Praga también es famosa por su cristalería y sus diamantes.
Hora de comer! Los sabores son muy distintos y muy fuertes, y agrios. Lo que más me gustó fue el goulash (un estofado de carne súper concentrado con unas especies de ñoquis), Amadeo no tuvo problemas con la carne de venado! Pero con mi pancita revuelta, se me complicaba cada vez más caminar por las zonas de restaurants, todo me daba náuseas!

Cada dueño de mascotas se hace responsable por los "regalitos" de sus compañeros. La ciudad colabora ofreciendo bolsitas de papel gratis para recogerlos. Buena manera de pensar en todo y en todos!
El absinth o "ajenjo", bebida alicinógena preferida de los poetas y artistas bohemios de la Europa del siglo pasado. Dicen que fue la responsable de que Van Gogh se cortara la oreja y que Jack el destripador estaba bajo sus efectos cuando cometía sus crímenes tremendos. Y si, se consigue como cualquier gaseosa!
Una escultura bizarra...

El puente antigue es bellísimo y es un paseo imperdible tanto de día como de noche.

Está rodeado de estatuas de reyes, príncipes y artistas


Pasando a la otra orilla, un molino de agua sobrevive.


La parte más antigua de Praga está sobre una colina, así que los tranvías, trepan!




La cima del castillo de Praga ofrece una vista panorámica de toda la ciudad


Quise probar una salchicha y me encontré con un chorizo colorado asesino! Ya lo había pagado, así que a comer (y a llorar!).

Así se entretenía Amadeo: con una de sus pelis favoritas cada noche en los hoteles. En este caso, Tinkerbell (que la terminamos mirando re enganchados los tres!).

 Fotos Gabriela Morales y Mariano Nesi

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