viernes, 12 de julio de 2013

La llegada de Gaspar

Un nuevo ninja es parte de nuestra familia: nuestro Gaspar, que llegó el 10 de junio al mediodía...
Llegamos temprano a la clínica para la cesárea que estaba programada (porque el muchacho venía gigante y con una cesárea anterior, no había muchas más opciones para su arribo), nos acomodamos en la habitación, Mariano se preparó para ir al quirófano conmigo y justo cuando Gaspar estaba por salir (mejor dicho, lo estaban por sacar), la cosa se complicó un poco: el muy ninja estaba muy arriba y se negaba a bajar: entre los tironeos de los médicos, mi médica que nunca perdió su temple de acero pero apuraba al equipo, el anestesista que se me trepó encima para ayudar a que el pequeño bajara, yo que me agarraba con fuerza a la camilla para que no me arrastraran entre tanto tironeo y Mariano que hacía lo posible para no desmayarse... lo logramos, Gaspar salió! Hablando de trabajo en equipo! jaja. Una vez que la enfermera puso a Gaspar en mi pecho, toda esa tensión desapareció, no estaba más: y le dije por primera vez "te amo" a este pequeñín... con su carita de viejito de 80 años, me miró fijo a los ojos y mi corazón se expandió para hacerle lugar a este nuevo amor: ya lo dije antes y lo repito, tendría un millón de bebés sólo por vivir ese momento.
A Mariano y a mi nos preocupaba ese primer encuentro de Amadeo con su hermanito, así que escuchamos consejos de todo el mundo y decidimos que era buena idea que no fuera a visitarnos el mismo día del parto para que yo pudiera recibirlo con un abrazo (y con el bebé en su cunita) y no recién recién operada y sin poder moverme (cada mujer usa el incentivo que más le sirve, pero saber que al otro día iba a ver a Amadeo, hizo que me esforzara a un 100% en recuperarme lo más rápido posible. Me dije "si mi médica dijo que para la noche tengo que estar caminando, voy a estar caminando" y aunque al principio parecía imposible, para la noche lo había logrado!). También nos pareció buena idea que Gaspar llegara con regalos para su hermano mayor, así que unos meses antes, le preguntamos a Amadeo qué le quería pedir a Gaspar, y fué contundente: "Quiero a Wall-E, a Eva y a Mop" los tres robotitos de su película favorita... y mientras a Wall-E lo conseguimos, a los otros dos los tuve que hacer a mano porque no los encontramos ni siquiera en internet! La verdad que el encuentro fué súper dulce, con besos despacitos y risitas nerviosas: desde ese momento hasta ahora, lo mira y me dice "Qué chiquitito, mirá las orejitas, mamá" y no pude parar de lagrimear detrás de mi cámara durante toda la visita. Y me cuesta contenerlas ahora...


Gaspar nació con un color marrón chocolate oscuro digno de un Oompa Loompa, y nos dieron el alta con el consejo de ver pronto a nuetro pediatra. Nos fuimos contentos de la clínica pero un poco preocupados, y al otro día, Hugo confirmó nuestro temor: Gaspar tenía un grado tan grande de bilirrubina que sus glóbulos rojos se habían disparado, y tuvimos que volver de urgencia a la clínica para que lo dejaran internado en neonatología...
Esta foto todavía me rompe el corazón... dejar a mi bebé de cuatro díás de vida internado, volver a casa y ver su cunita tan vacía... no puedo explicar el dolor que sentí durante esa semana, la angustia que me da pensar en una nueva internación...y la verdad es que ya no quiero pensar en eso: sólo quiero agradecerle a mi familia y amigos que nos acompañaron y a ustedes que nos mandaron tan buena energía. Y ahora entran en mi lista de héroes y heroínas esos papás y mamás que tienen a sus hijos internados y que entran a verlos con una sonrisa, para ayudarlos a recuperarse pronto... para siempre van a tener un lugar especial en mi corazón, al igual que las enfermeras que me aseguraban que me iban a devolver a mi bebé "bien malcriado"... cuánto amor puede ponerse en una profesión, en un trabajo. Mis gratitudes infinitas y eternas para todas ellas.
Una vez que la bilirrubina empezó a bajar, descubrieron que la causa había sido una infección urinaria, así que continuamos con antibióticos en casa. La semana que viene seguimos con estudios, análisis y ecografías para seguir de cerca el progreso. Y si bien el gordito toma la teta como un campeón y está aumentando de peso y recuperando el tiempo perdido, sigue bastante amarilloso... digamos que pasó de estado Oompa Loompa a color Simpson, jeje. Pero... está en casa con nosotros!
Amadeo tiene actitudes súper tiernas con su hermano, y de repente y de la nada, empieza a revolear todo! sus cajas de juguetes literalmente vuelan por el aire en cuestión de segundos y decide no hacernos caso... está enojado con nosotros! Pero de a poco vemos que se empieza a acomodar, todos estamos en ese proceso... ya pasamos juntos este primer mes y... lo logramos! Entre médicos y estudios, berrinches y caricias tiernas, Gaspar cumplió su primer mes de vida, y wow, cómo estos días pasaron volando! Una parte de mí quisiera despertarse mañana y que Gaspar tuviera un año, y que todos estos miedos de su fragilidad ya hubieran desaparecido, pero otra parte de mi quiere absorver cada segundo de tener a un bebé en brazos: estos momentos, ya aprendí, no vuelven y no me los quiero perder...
Mi Gazpacho me mira cada día con ojos más vivarachos y sonrisas llenas de amor: Sin dudas, ya estamos enamorados. Por eso, dejo los días tristes que pasamos atrás, para mirar como él para adelante, para hacerle frente a lo que nos toque, juntos. Y para mirar la lluvia y el cielo gris desde nuestras ventanas, sólo para esperar que llegue la primavera y podamos abrir juntos la puerta para ir a jugar, siempre a jugar.

Fotos Gaby Morales y Mariano Nesi

1 comentario:

  1. me encanto, los felicito muchisimo,y gaspar es hermoso, amadeo ya se va a dar cuenta de qe es el hermano mayor y se va a empezar acomodar, ya vera. un beso y un abrazo, todo lo mejor para vos y toda tu familia :) te quiero profe

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