miércoles, 3 de abril de 2013

32

Mis dos cumpleaños anteriores (acá y acá), son ejemplos de cómo fueron, más o menos, mis 31 festejos anteriores: siempre con mi familia y amigos, así me gusta pasar ese día: abrirle las puertas de mi casa a la gente que quiero, pero este año, sentí una necesidad particular... me pasa que es la primera vez que llega mi cumpleaños y estoy con una panza gigante, que me agota a cada paso que doy, además, la noche anterior habíamos llegado de un viaje de diez horas en ruta que tampoco me dejó resto para nada y además... nuestra casa, que de por sí ya nos quedó chica, sigue "intervenida" por los materiales de construcción que van necesitando los albañiles. Así que, básicamente, para mi cumple, decidí huir de todo (llevándome a mi cómplice para el crimen, claro!).

Pasamos todo el día con nuestro gordito (que muy pícaro, se fue en secreto a la cocina con su papá y me trajo de regalo un perfume con una sonrisa enorme) y a la tarde, lo llevamos a la casa de su abuela Mary donde se quedó a dormir. Mariano y yo, reservamos una habitación en un antiguo y muy lindo (pero más que muy accesible) hotel del centro. Si este año no nos podemos ir de viaje, al menos hagamos de cuenta que somos turistas!

Pensé que lo que realmente quería este año, era descansar!!! Así que llegamos a nuestra habitación, miramos la tele, dejamos la compu descargando nuestras series favoritas y salimos comer.

Recordé que me encantan los ascensores antiguos...
Y a dos cuadras, encontramos un restaurant chino, justo lo que buscaba! La combinación perfecta entre sabor y buen precio! Bueno, no fue el caso: aprendí que para comer buena comida china, no queda otra que ir al barrio chino!

Sí me gustó que el lugar tenía esa onda de los "dinners" de New York...
Si, ya sabemos que el amarillo de tu remera resalta el pigmento amarillo de tus ojos verdes! jeje Pobre, lo obligué a abrir bien los ojos para mostrarle precisamente eso, porque no me creía...


Y cuando volvimos a nuestra habitación... nos llenamos de golosinas, previo paso por el kiosco! Qué, esperaban algo sexy? jeje Mariano se quejó de que me llevé unas medias de toalla viejas y un poco agujereadas (pero limpias, che!)... pero esa fue la premisa de este cumple: estar cómoda, relajada, mirar pelis y series, descansar bien (por qué las camas de hotel siempre son mejores que la tuya?) y dormir ininterrumpidamente muchas horas. Esa noche, la del lunes, se desató el temporal que inundó medio capital, pero nosotros ni nos enteramos.


Cuando nos despertamos, bajamos corriendo a desayunar y fuimos casi los últimos, porque el desayuno (el que viene incluído gratis con la noche de hospedaje por ley de turismo nacional) se cierra a las 10.30. Entre turistas franceses y americanos, pero sobre todo brasileros, miramos el cielo gris a través de los ventanales del salón.
Mientras preparaba mis tostadas (ya aprendí que los desayunos continentales, esos con huevos revueltos, tocino y salchichas... no son para mi!), no podía dejar de pensar en ir a buscar a Amadeo, pero estaba muy agradecida de haber descansado tan bien. Eso si, extrañé un poco bastante estar rodeada de mi gente en mi cumple, pero a veces hay que hacer algo diferente, resetearse para recargar energías, así que me dieron ganas de que el año que viene, haya una fiesta con todo... y con un invitado más!
 Fotos Gaby Morales y Mariano Nesi


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