Laura es la última mamá que participa de este proyecto, y si bien todas me llenaron el corazón de alegría y agradecimiento al aceptar, Laura guarda un lugar especial para mí: fuimos compañeras de secundario, la vida hizo de las suyas y nos volvimos a reencontrar en las redes sociales. Laura un día compartió conmigo la pérdida de su bebé Ignacio, y yo estaba pasando por un momento muy triste porque una de mis primas más cercanas acababa de perder a su hijito de manera inexplicable... y pensé que hay mujeres que sobreviven al dolor, no negándolo, sino aprendiendo a convivir con él. Y pensé que el tiempo iba a ayudar a que mi prima y toda nuestra familia emergiera un poco del dolor, haciendo un esfuerzo enorme por mirar para adelante, como Laura, y eligiendo que el amor no se vaya en esa pérdida, que se quede y se multiplique para que siga habiendo vida, buena vida. Y hablando de esto, mi prima, a quien no nombro porque es muy reservada, acaba de celebrar el primer añito de su hijito que vino después del dolor de dejar partir al anterior. Entonces, se puede. Estas grandes mujeres pudieron y yo les agradezco tanto, tanto, te agradezco tanto, tanto Laura, que seas tan valiente y que el amor nunca haya te abandonado la mirada, porque todas aprendemos de ustedes, de vos... a vivir y a sobrevivir al dolor y nunca solas, con todas nosotras que estamos, como y donde la vida nos pone, para aprender de ustedes, para admirarlas y para quererlas.
En un principio, Laura me dijo muy respetuosamente que todavía estaba muy sensible para hablar de su maternidad, y obviamente yo lo entendí, la idea de este proyecto era compartir algo que nos hiciera bien, no generarle más dolor. Pero un día, Laura me escribió, me preguntó si todavía estaba a tiempo... y cómo no va a haber tiempo para ella? Claro que sí! Entonces, abrió para nosotras una puerta, una ventana a su corazón... y es mi opinión personal que nos va a traer luz de sol a todas. Además, por primera vez muestra una foto de su bebé, para que todas lo conozcamos y guardemos en la memoria esa carita tan dulce, y en el corazón, ese amor que no se va a ningún lado, se queda para ayudar a intentar entender la ausencia...
Soy mamá de Guadalupe, mi gran compañera, mi razón de
vivir. Es dulce, inocente, bondadosa, humilde, sincera. Cuando le vi la
carita aquel 22-01-2004 entendí el verdadero significado de la frase
"amor incondicional". Pero también soy mamá de Ignacio, mi angelito,
quién con tan sólo diez días de vida y por motivos que aún no entiendo,
tuvo que irse de mi lado para posarse en una estrella... Es muy difícil
ser mamá de un ángel, porque la fé me lleva a pensar que él está bien
pero, ¿para que mentir?, yo quisiera tenerlo acá, conmigo...! Muchas
veces trato de evitar este tema, me costó expresar lo que para mi
significa "ser mamá" (algunas lágrimas empañaron mi vista), pero hoy
tuve la necesidad de sacarlo afuera. Como conclusión puedo decir algo
tan simple como esto: Guadalupe e Ignacio = AMOR INCONDICIONAL
Gracias, gracias, Laura!
Fotos Laura Portillo (las dos primeras con Guadalupe y la tercera, de Guadalupe con Ignacio)
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