lunes, 14 de enero de 2013

Nuestro finde de comida vegetariana y asado (según mi cel y el de Mariano)

Así somos: en un mismo día, las dos cosas, pero primero lo primero. El viernes, porque la función que mejor me quedaba era a las dos de la tarde y no pude encontrar quien me acompañe, fuí sola al cine a ver "Lo Imposible" Y en realidad cuando llegué a la sala, seguí sola con mi alma porque nunca llegó nadie más a ver esa peli, la tuve toda para mi sola!
Salí de casa súper contenta: qué poco tiempo me queda ultimamente para una cita conmigo misma! Y cuando ví que ya no llegaba nadie más a la sala, me relajé y subí los pies a la butaca de adelante mientras pensaba "esto es vida!"
Entre los trailers, vi dos pelis que me interesaron y que voy a ir a ver... tal vez esto de ir sola al cine se me haga costumbre. Y después de ver la peli, lloré tanto (y como estaba sola, hasta me di el gusto de sollozar y gritar un par de "Por qué?!!!" en las partes más tristes!, fue muy catártico! jaja), que me quedó la cara hinchada! Si, la peli es hiper lacrimógena pero la súper recomiendo!
Después del cine, fui a Easy a buscar más ideas para la casa nueva .Qué lindos objetos de iluminación, pero qué caros están! y el sábado al mediodía fuimos a Bodhi, un restaurant libre vegetariano en San Telmo
Amadeo jugó a correr entre las mesas saludando a los comensales, y aprovechamos para almorzar con mi cuñado Sergio, que hacía mucho que no lo veía.
Amadeo está fascinado con la moto de su tío, y también con decir su nombre cada cinco minutos. Le encanta gritar "Seshioooo"
Y después de un almuerzo vegetariano, cena carnívora. Hacía días que Amadeo le agarraba la mano a Mariano y lo llevaba a la parrilla diciéndole "amm, amm!". Cuando preguntás "quién quiere comer asado?", levanta bien alto la manito y grita "yooo!"
Niño ninja morcillero
Y el domingo volvimos a almorzar lo que había quedado de la noche... somos pésimos para calcular, siempre cocinamos de más y bastante (por suerte existe el freezer, no?)
Y después de la siesta, salimos a pasear. El plan original era volver a San Telmo a recorrer los pasadizos secretos y túneles del siglo pasado que recorren la ciudad, pero honestamente, el calor nos acobardó. Así que buscamos una opción con mucho verde, sombra de árboles, cerca de casa, gratis y para Amadeo... un poco pretencioso lo nuestro, no? Pero lo encontramos! En el museo de transporte que está casi llegando a Laprida y Av. La Plata (pegadito a la escuela agropecuaria), hay un espacio de parque increíble, función de títeres a la gorra y paseo por lo que antes fue la caballeriza y garage de una gran estancia, y hoy se conservan carruajes europeos y nacionales súper bien cuidados.
Se reparten banquetas para la función de títeres, pero también podés llevar tu mantita, mate y elementos para picnic. Hay chicos andando en bici y en rollers en las callecitas pavimentadas, y gente remontando barriletes en el parque... hasta vimos un partido de freesbee! No sabía que se podía jugar así, un equipo contra otro, algo que me pareció parecido al rugby pero lanzándose el disco de plástico (qué poco deporte tengo encima!)
Amadeo tardó en engancharse con la obra, pero después no paraba de aplaudir y gritar "Bravoooo!" aún cuando ya todos habían dejado de aplaudir hacía rato!

Amadeo ya aprendió en Europa, a fuerza de retos y malas miradas, que ante los cuidadores de los museos, hay que hacer buena letra. Así que caminaba observando en silencio con sus manitas hacia atrás, como un señorito inglés. Me causa mucha gracia su actitud, sólo le falta la barba y una pipa al caminar. Cuando volvimos a casa, decidimos merendar con un paté que trajimos de Hungría, lo estábamos guardando para una ocasión especial pero se te puede ir la vida esperando el momento justo, y qué es más especial que una tarde juntos, al fresquito y de vacaciones? Estaba riquísimo!
Y a la noche, nos visitaron mis viejos y mi hermano Luis y Paula. Mi mamá está a full con su nuevo hallazgo de hacer sanguchitos de miga caseros (vieron que comprarlos hechos está imposible?), y la verdad es que desde las fiestas hasta ahora, perfeccionó absolutamente su técnica... y además los hace súper gorditos!
Y como no pasamos ni el 24 ni el 31 juntos, prendimos dos globitos de aire caliente, para no quedarnos con las ganas! Pero había mucho viento y... se prendieron fuego en el aire! Por suerte cayeron en la casa de nuestros vecinos, ya casi desintegrados, pero valió la pena verlos subir.
    
Es muy gracioso como pasamos en segundos de aplaudir nuestra proeza al "No, no, noooo...Uhhhh!" de verlos quemados, pero fue muy divertido!

Fotos Gaby Morales y Mariano Nesi

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