lunes, 28 de enero de 2013

Hablemos de relaciones: Alguna vez te apegaste mucho a un objeto?

Hace como diez días, vengo haciendo el "duelo": después de muuuuchos días en el taller, me llamaron para darme el diagnóstico del daño de mi cámara, y fue mucho peor (lejos!) de lo que esperaba. Para no ponerme innecesariamente técnica, se hizo pelota y la reparación cuesta... dos mil pesos!!! Creo que por el uso que tiene la cámara (más de tres años de cientos de miles de clicks, descuidos y viajes por el mundo) y sin poder asegurarme de que va a quedar 100% bien (y al margen de que no puedo pagar tanto), decidí no repararla por ahora. Y me rompe el corazón verla así, en el limbo, en estado vegetal, esperando que algún día un buen técnico piadoso de mi presupuesto, la despierte de su letargo... nunca me consideré una persona muy apegada a los objetos hasta ahora, porque no puedo dejar de pensar en que fue mi primer cámara (no recuerdo honestamente quién me dió mi primer beso, ni con qué chico fuí "más allá" por primera vez, pero siempre voy a recordar a mi Nikon D3000...), sobre todo porque me enseñó tanto, y porque retraté a Amadeo desde el día en que nació. También miro esta foto y recuerdo perfectamente el día en que la saqué: Amadeo estaba cerca de cumplir tres meses y por primera vez dejé que mi mamá lo llevara a su casa para cuidarlo un par de horas. Era la primera vez que estábamos separados y fue la primera vez que sentí que podía relajarme y tener un par de horas para mi, así que me di una ducha laaarga (como parecía años que no me daba), me puse un vestido que nunca antes me había quedado tan bien y me di cuenta de que mi vida, si bien había cambiado drásticamente, había cambiado para mejor y en ese momento tuve la sensación de que siempre lo mejor, iba a estar por venir. Estaba sola en casa... bueno, no completamente: mi Nikon estaba ahí y en ese momento saqué esta foto: contenta de ser una nueva mujer, orgullosa del viaje que había emprendido, cansada pero contenta en mi propia piel... y con ella conmigo. Y me deja tontamente tranquila saber que las imágenes más bellas que vieron mis ojos, también fueron vistas por ella...
Este finde llegó una nueva cámara, y esta vez, es Canon (porque Nikon, ya hubo una y sólo una). No es una reflex profesional porque no estaba en mis planes comprar una ahora, pero siendo una semireflex de línea más amateur, es muy completa y compacta y gracias a que mi cuñado me la trajo de Miami, pagué muchísimo menos de lo que cuesta acá. Hasta filma en HD y todo. La estuve probando y encontré todas las mismas funciones que tenía mi cámara anterior, así que me queda adaptarme a ella y conocernos pero, tengo que admitir, me siento como una viuda dándole una oportunidad a una nueva relación (qué "drama queen", no? ). Así que van a volver a ver fotos de buena calidad en el blog, y eso siempre es algo bueno. Mientras tanto, te sigo recordando querida Nikon pero sobre todo, agradeciendo. Hasta pronto!

Foto Gaby Morales

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