viernes, 18 de enero de 2013

Hablemos de relaciones: Cuando las cosas no salen como esperás...


Vivimos (o sobrevivimos) con un niño con problemas para dormir. Es decir, se despierta varias veces durante la noche y no puede volver a conciliar el sueño solo: por eso, tenemos que ayudarlo con masajes, a veces canciones o simplemente quedándonos cerca. Hubo tiempos en los que directamente uno de nosotros, o los dos, dormíamos parte de la noche con él, pero la verdad es que la situación no mejoraba mucho y a cambio terminábamos con un dolor en la cintura tremendo.
Casi al borde de ya no saber más que hacer y pensando que antes de que nos demos cuenta van a ser dos los niños demandantes por noche, entré en pánico y le consultamos a nuestro pediatra sobre el problema... que él no consideró tanto un problema, sino una "etapa de sueño ligero" que pasa sola.Y nos recomendó un libro, que ya teníamos en casa, que se llama "Duérmete niño". Básicamente, son doscientas páginas donde los autores empiezan por marcar una rutina que ya tenemos (baño, cena, cuento, cama) y después dejar llorar al niño hasta que se quede dormido. El resto de las 199 páginas son refuerzos del tipo "tú puedes hacerlo y lo haces por su propio bien". Así que lo intentamos: Las dos primeras noches, fueron sorprendentemente fáciles y cuando yo ya empezaba a cantar victoria, Amadeo se dio cuenta de que estábamos intentando aplicar algo a largo plazo y empezó a dar guerra. Y cómo... pasamos dos días y dos noches sin dormir. Y yo no sólo me convertí en una zombie, también sentí en el alma el peso de la frustarción y la derrota. Habíamos hecho un esfuerzo tan grande, física y emocionalmente (dejar llorar a tu hijo aunque sea cinco minutos cuando sabés que con sólo tus brazos vas a hacer que se sienta mejor, es lo más duro del mundo), que sentí que no tenía resto para aplicar ninguna técnica más. Si me necesita a su lado tres veces por noche (y si así logramos dormir un poquito más todos), bueno, que así sea...
Una de las peores partes de no poder resolver este tipo de situaciones, es la sensación de que estás fallando en algo aunque sepas que estás haciendo lo mejor que podés, y eso deriva inevitablemente en sentirte una mala madre... en estos días en que estamos durmiendo un poco más (que como ya expliqué antes, no quiere decir "mejor"), estuve pensando bastante en esto. Leí tanto y le pregunté a tanta gente sobre cómo dormían sus hijos que llegé a la conclusión de que algunos tienen suerte, otros hacen lo que pueden y otros aceptan lo que les toca. Todavía no sé bien en qué grupo ponerme. Pero sé que las recetas mágicas, al menos con nosotros, no funcionan; es tan fácil decir "dejálo llorar, vas a ver cómo se cansa y se duerme solo" y es tan fácil decir "lleválo a la cama con vos, disfrutálo mientras es chiquito"... es fácil porque el que opina no tiene que lidiar con las consecuencias de esas afirmaciones. Y si me relajo y me pongo en el grupo de las mamás "que hacen lo que pueden con las mejores intenciones"? Así tal vez dejaría de pensar que estoy fracasando, que todo el resto de los chicos del mundo duerme mejor que mi hijo y que sus padres a la noche toman cockteles mientras disfrutan su triunfo! En mi cabeza, es ponernos unos contra otros... como cuando pienso que me perdí de algo por haber tenido una cesárea en vez de un parto natural, aunque fué de urgencia (eso me hace menos mamá?), como cuando me siento culpable por dejar a mi hijo unas horas para ir a trabajar o para tener un rato para mi (las mamás que se quedan en sus casas se sentirán mejores madres que yo?) o me corresponde sentirme mejor que una mamá que no le dió el pecho a su bebé durante dos años? Por qué siempre que pienso en la maternidad hay dos bandos? Por qué no pensar que no hay una forma correcta de hacer las cosas y poner la mirada en la comprensión de la situación personal de cada madre? Me lo pregunto a mi misma y tal vez así, pueda empezar a ver más allá de lo que no me sale "como es esperado"... tengo un hijo sano, afectuoso, inteligente y felíz... pero pretendo también que duerma toda la noche de un tirón... no estaré pidiendo demasiado?
Me encantaría saber... qué aspectos de ser padres les resultan más difíciles? Sienten que fracasan a menudo? Cómo superan esa sensación?

Espero que tengan un finde adorable con muuuuchas horas de sueño! Duerman por nosotros, jaja!

Foto Gaby Morales

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