Para ser honesta, hasta el momento de quedar embarazada, nunca me habían gustado los bebés ajenos. Nunca había cuidado a un chico sola. Y la mayoría me parecían "pibitos" caprichosos e insoportables. Entonces... cómo apareció el deseo de un hijo?
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| Nuestro segundo día juntos... un momento mágico. Era domingo, y por primera vez, tuvimos la habitación sólo para nosotros tres... nos pasamos la tarde escuchando el cd de Jack Johnson que, aun hoy, sigue siendo el favorito de Amadeo. |
Creo que llegó cuando sentí que Mariano y yo tenímos una pareja sólida y que estábamos listos para emprender una aventura increíble de la que no había vuelta atrás. Realmente creo que fue eso: Sentí que tener un hijo iba a ser la aventura más grande de todas, algo así como la primer película de Indiana Jones! :) Todavía no sabía del amor incondicional y bla, bla, bla que ya habrán escuchado, pero sabía que no quería perderme la experiencia, ese viaje, criar a un ser humano desde cero (ahora que lo pienso y que Amadeo está acá, siento una responsabilidad abrumadora... hasta la música que escuchamos en casa lo va a marcar para siempre!).También sabía que quería ser una madre "relativamente joven" y también sabía en un nivel muy profundo, que si seguíamos retardando la decisión, en un futuro sería aún más difícil tomarla; tal vez las cosas serían más complicadas (en estos ultimos años conocí a algunas mujeres que aprendieron de forma muy dura que sus mejores años, fertilmente hablando, ya habían pasado...) y la verdad, siempre supe que no tener hijos sería algo de lo cual me arrepentiría en un futuro.
Pero también tuve muchas dudas: Y si me arrepentía de perder tanta libertad? Todo mi tiempo libre? Mis siestas en cualquier momento del día? Mis reuniones y salidas con amigos? Los recitales? Los "excesos"? Y si no nos alcanzaba la plata? Y si no podía sentir ese amor enorme que la mayoría de las madres describen? Y seguramente habían más preguntas que ahora no recuerdo. No las recuerdo como tampoco recuerdo una siesta en cualquier momento y como no recuerdo tener tiempo libre a troche y moche. Pero, aunque a veces recuerdo todo eso con cariño, no lo extraño. Mi vida es mejor ahora, puedo afirmarlo sin dudas. No sé si Mariano y yo éramos muy concientes de que íbamos a traer un bebé al mundo, y más específicamente, a esta casa, pero a pesar de todas las dudas, sabíamos que iba a ser un cambio enorme para nosotros... personalmente supe que era algo así como el paso a una adultez definitiva (aunque a mi modo); Tuvimos las ganas primero, y después el impulso. Una mañana dijimos "es ahora" y decidimos buscarlo sin enrrollarnos mucho en pensar que estábamos haciendo, y funcionó. Si lo hubiéramos seguido pensando, aún estaríamos dudando. Hay cosas que pasan así, me parece... es cuestión de hacerle caso a esa cuestión visceral que te dice que ahora es el momento de un viaje increíble, aunque no tengas seguro de asistencia al viajero... el destino se encarga del resto.
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| 2010. Así se lo anunciábamos al mundo |
Si hay alguien en una situación de duda similar que lea esto, que sepa que este post no es "pro- tener hijos", sino "pro-escucharse a uno mismo" y lanzarse a ese deseo enorme que viene de adentro; y ojo, si el deseo no está, lo más digno y respetable es también escucharse y no seguir un mandato socio-cultural (ay, si habré lidiado con el "Y ustedes para cuándo...?), sino un deseo íntimo, privado y absolutamente legítimo... Sólo quisiera decirle a la Gabriela de hace unos años atrás que todo vale la pena y que la maternidad es sin dudas la aventura más increíble del mundo... Y ahora que ya ganamos más confianza como padres, la duda es otra: cuándo es el momento adecuado para que llegue el segundo?
Ah, si pudiéramos viajar al pasado para darnos ese empujoncito ante una duda, no?
Fotos Gaby Morales
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