miércoles, 5 de febrero de 2014

Nuestro paso por la muestra de Ron Mueck

La semana pasada estuvimos en la fundación Proa, visitando la primera muestra latinoamericana del artista australiano Ron Mueck. Sus esculturas cobran vida en los detalles: seres humanos, desproporcionadamente gigantes o pequeños, perfectos no sólo por su realismo, sino porque sus gestos, miradas, transmiten... eso, humanidad. Yo sabía que Amadeo iba a quedar tan alucinado como yo con la muestra, después de todo, todavía habla de Yayoi Kusama cada vez que ve algo a lunares!

Esta pareja de ancianos es un desafío para la mente...  hasta tuve la sensación de que el abdomen del hombre subía y bajaba, y realmente tuve que ajustar mis ojos y mi cerebro para comprobar que este gigante no respiraba... el nivel de detalle en cada cabello, en cada vaso sanguíneo, venita que se trasluce a través de la piel, el paso del tiempo y la gravedad en la carne... podría volver y quedarme horas frente a ellos...


En el auditorio se proyecta un documental que muestra el proceso creativo del artista. Pedirles a nuestros ninjas que siguieran portándose así de bien dentro de un cine, era demasiado y no quisimos abusar de sus buenos modales frente al arte...
Gaspar miraba todo con sus ojazos abiertos más que nunca... qué habrá pensado al ver las esculturas? En qué casilleros habrá procesado su cerebro esta información? Ver a un ser humano desarrollar su intelecto es un proceso fascinante, me encuentro deseando saber qué piensa todo el tiempo...
Amadeo inspeccionó las esculturas con tanta curiosidad, que unas chicas se sorprendieron cuando, frente a la cabeza de un gigante dormido, se acercó a la boca y me dijo "Mamá, tiene dientes adentro". Las chicas se fijaron en los labios casi cerrados y dijeron entre sonrisas "El nene tiene razón, qué observador", jaja!






La última escultura es un autorretrato, provocadora pero con humor, no se puede negar.

Después de recorrer las nueve esculturas, descansamos un ratito en la terraza con vista al río de la fundación, sin habar mucho, tal vez en silencio para no despertar a las figuras de su trance... es increíble como toda esta información queda registrada, y como dice nuestro pediatra, "todas las experiencias nos construyen". Unos días después de vsitar la muestra, en el súper donde hacemos las compras, había un queso gruyere gigante en exhibición y Amadeo me dijo "Mirá, un queso de Ron Mueck!" Te llevaría hasta el fin del mundo, ninja mío, para que veas absolutamente todo lo que este mundo tiene para ofrecerte... mientras tanto nos vamos conformando con ese pedacito de queso que comimos con uvas bajo el tilo del patio... nuestro propio pedacito de Ron Mueck imaginario!

En la fundación Proa se exhiben nueve esculturas que forman parte de una muestra más amplia que recorre el mundo a través de la fundación Cartier, y están entre nosotros hasta el 23 de febrero, cuando parten a Rio de Janeiro. Y, nobleza obliga, debe admitir que las fotos no estaban permitidas pero el celu de 
Mariano en mis manos es un arma poderosa, jaja! Acá les dejo fotos increíbles, y oficiales, de algunas de las obras que no llegaron hasta acá, pero vale la pena ver aunque sea en fotos:






(Este fue el gigante dormido que sí está en la muestra y que Amadeo descubrió, tiene dientes!)

De verdad, no se pierdan esta muestra!

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