lunes, 23 de diciembre de 2013

Nuestro finde de brindis, ninjas encunados y atardeceres en casa (según mi cámara)

Primero lo primero: un retrato de mis hijos, una vez por semana, todas las semanas



Por varios motivos, pero principalmente porque es un kamikaze, decidimos que Gaspar pasara al próximo  nivel después del catre: La practicuna! Pero, claro, el ninja mayor reclamó su pertenencia y se subió aunque fuera un ratito a hacerle compañía!

Y como el viernes terminamos las clases, algunas compañeras y amigas del colegio vinieron a inaugurar nuestra terraza... si, aunque no esté terminada, no poedemos no usarla: corre un vientito divino por la tarde y a la noche, y eso es impagable! Ah, y sentía la necesidad de renovar un poco el look para despedirme de este 2013, así que me aclaré bastante el pelo! Todavía no me acostumbro de todo al color... según el tipo de luz, se ve más rubio, más cataño o más... naranja!
Empezamos la velada hablando de cosas profundas...


Y la luna se sumó a la charla...
Pero después de un rato, tanto brindar giró el rumbo y todo se volvió gracioso!


Y si, seguimos brindando! jaja!

El sábado, amanecí con dolor de cabeza, por qué será? Pero mis ninjas se portaron súper bien... siempre me rescatan cuando más los necesito! En un momento, estaban jugando juntos en la cama y los ví agarrados de las manitos... corrí a buscar la cámara y cuando volví, seguían así. Creo que ya son mejores amigos y espero que eso dure toda la vida...
También preparamos una canasta navideña enorme entre mis hermanos y mis papás para una familia conocida que lo necesita: a veces no nos ponemos de acuerdo en pavadas, pero cuando alguien tiene una idea para colaborar y ser solidarios, somos muy organizados y operativos!
A la tarde lo acompañamos a Mariano a buscar algunos regalos a una vinoteca que nos encantó por su atención: el dueño nos explicó un montón sobre vinos para hacer buenos regalos según a quienes iban
dirigidos, y nos recomendó hasta un vino argentino con premios internacionales que no era para nada caro pero en supermercados no se vende; eso es lo bueno de ir con un especialista y que te asesore tan bien! Y en el local, aunque era súper chiquito, tenían el mismo absenta que compramos en Praga para un amigo pero nos retuvieron en el aeropuerto de Barcelona; en ese momento nos castó 10 dólares y acá estaba... 700 pesos!

Mmmmm, merienda!!!


Gaspar dijo "Conque a mí no me compran nada para comer, eh!"
Y si hacen los ojos chiquitos tal vez puedan ver en el cielo los miles y miles de pájaros que se reunían en la plaza para trazar una ruta juntos...

Y como el calor no aflojó, volvimos el domingo a la terraza, a ese vientito que nunca falla cuando más se lo necesita. Mi hermano y Pau se llevaron a Amadeo a su casa para hacer "Día de Tíos" y nosotros, con la ayuda de Gaspar, trabajamos en la casa nueva limpiando y tomando medidas para los últimos detalles, falta tanto y tan poco...




Cuántos atardeceres y nochecitas más nos esperan ahí! Este es sólo el comienzo!
Fotos Gaby Morales



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