viernes, 20 de diciembre de 2013

Mi espíritu Ninja-Navideño


Me encanta la navidad y toda su previa pero... no siempre fué así! De los 8, 9 años que llevamos viviendo juntos con Mariano (faaaaa!), el arbolito habrá llegado al quinto o sexto. Es que estuve peleada con la navidad durante muchos años (si, tengo la habilidad de pelearme con cosas, conceptos, fechas...), como si hubiera dejado hibernando a esa parte alegre de mí hasta nuevo aviso. Y no fué casual que un día esa alegría decidiera reaparecer: después de estar en tratamiento por mis ataques de pánico, de abandonar algunos malos hábitos, de reconciliarme con mi pasado y con mi familia, de perdonar y seguir para adelante, me dí cuenta de que esa alegría seguía estando ahí; un día le dije a mi analista "esa persona triste no era yo, no es mi naturaleza, mi naturaleza es alegre" , y recuerdo su expresión entre alegre y orgullosa, como una maestra que escucha leer por primera vez a su alumno más lento.
Así que trabajé para reencontrar a mi espíritu navideño, que me acompaña todo el año pero me sensibiliza particularmente en esta época: creo en la bondad de la gente, en la solidaridad y en los corazones nobles y, creo que ya lo saben, soy una optimista incurable... pero cuando pienso en cuáles serían mis otras opciones, ni lo dudo, me quedo de este lado.
Y desde que nuestro primer duendecillo ninja-navideño llegó, ninguna navidad es igual: espero ansiosa armar el arbolito, pensar en qué regalos voy a hacer (si fuera por mí, decoupage para todo el mundo, jaja!), cómo vamos a armar la mesa navideña y cuantos más seamos, mejor! Y en ese sentido este año fué mágico: Amadeo está fascinado con esto de la navidad: busca arbolitos en todos lados, en cada casa que entra y me cuenta cosas de Papá Noel que él mismo inventa, como que vuela por el cielo con caballos! jaja! Es fascinante verlo, y me hace acordar mucho a una escena de una de mis películas navideñas favoritas de todos los tiempos, cuando Jack descubre la tierra de la navidad:



 Esta época también me hace valorar los tesoros que hay en mi vida y agradecerlos, sobre todo dando una mano a alguna familia que esté pasando necesidades. Qué a nadie nos cuesta convencer a sus familiares para aportar algo y armar una canasta navideña para otra familia! Nosotros lo vamos a hacer y se siente muy bien. Además, qué mejor manera de enseñar la solidaridad a tus hijos que haciéndolos partícipes activos?
Y, además, ésta es nuestra primer navidad como familia de cuatro! Ayer conseguí el primer adorno para el arbolito que lleva la leyenda "Gaspar 2013". Sabía que así, medio de casualidad, como me gusta que pasen estas cosas, lo iba a encontrar. Fuimos de compras y este mini carrousel (Hola, amo los carrouseles!) estaba en la vidirera del negocio justo frente adonde estacionamos. Amadeo eligió el color y yo creo que es perfecto. Porque la navidad es esto, celebrar la alegría de habernos encontrado de casualidad y de tomarnos el trabajo de superar los obstáculos para seguir estando juntos... Con los que se fueron en el corazón y con los que están en los abrazos. Qué maricona, ya estoy llorando de nuevo. De todo corazón, muy felices fiestas, pero ahora, que tengan un finde adorable y lleno de alegría!

Foto Gaby Morales

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