Me digo esto cuando el desorden me desborda. La realidad es que nuestra casa es una casa donde se vive, se juega y se disfruta... y eso se nota. Otra realidad es que tengo un talento especial para el desorden, soy como una especie de demonio de Tasmania y puedo dejar una habitación perfectamente ordenada hecha un desastre en cuestión de segundos; una cartera por aquí, bufanda por allá, llaves, bolsas de compras, libros... todo va quedando en cualquier lado. Miro a mi alrededor y pienso "yo hice este desorden? soy capaz de hacer todo esto?".Sin dudas es el aspecto que más odio de mi. Tiene su origen bien claro: el hogar del que provengo siempre fué un desorden, a veces parecía más fácil dinamitar la casa que intentar ordenarla.
Así que lucho con este demonio de tasmania que tengo adentro todos los días, por Amadeo, por Mariano y por mi. El desastre de hoy viene del lado de Amadeo y sus juguetes pero todavía no puedo culparlo, todavía no desarrolló tanto talento, y para ser honesta espero que no lo herede de su mamá.
Fotos Gaby Morales
No hay comentarios:
Publicar un comentario