Nos vamos a Costa Rica en menos de dos semanas y varias cosas van a quedar atrás... para cuando volvamos, la empresa familiar en la que Mariano trabajaba desde hace ocho años, va a cerrar sus puertas para siempre... tales son las reglas del mercado actual. Y las cosas van a ser un poco diferentes; es probable que tengamos que recortar algunos gastos, tal vez nuestros destinos exóticos añorados tengan que esperarnos un poco más... pero este cambio, aunque nos desestabilice un poco económicamente, créase o no, me tiene entusiasmada; no veía la hora de que Mariano pudiera empezar a buscar un trabajo que se acercara más a su carrera o a algo que disfrutara más... y sé que algo muy bueno va a surgir de esto. Por supuesto, por momentos me pregunto: no será una locura hacer este viaje en este momento? Sería más sabio quedarnos en casa y ahorrar unos cartuchos más? y la respuesta sigue siendo: No, porque... va a estar buenísimo! Y porque lo necesitamos para "resetearnos", para seguir teniendo bien presente que tenemos que disfrutar el ahora, que se va tan rápido (perdón, no fué ayer que llegamos a casa con un bebé ninja envuelto como un tamal?)... por otro lado, en este último tiempo me descubrí a mi misma encontrando la felicidad más plena, una que nunca había sentido con tanta simpleza y claridad, en las "cosas pequeñas" de nuestra vida cotidiana, y eso me da la tranquilidad de saber que no necesito grandes maravillas para ser felíz. Pienso que nada es más maravilloso que escuchar a un niño ninja que aprende a reírse cada vez más fuerte, y a eso lo hicimos con nada o, mejor dicho, con todo lo que nunca nos va a faltar. Así que el pan debajo del brazo, bien puede ser galletita de agua por un tiempo! Por eso, estamos juntos en esto, mi amor. Nuevos horizontes se abren, y hay que saber mirar cuál tiene el camino más soleado. No te olvides de que somos turistas y aventureros... y ya no estoy hablando de Costa Rica.
Que pasen un finde largo extra- adorable!
Fotos Gaby Morales
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