miércoles, 28 de noviembre de 2012

Bitácora de viaje: Amsterdam (tierra de tulipanes y ya tú sabes...)

Y un día, nos tomamos un tren y llegamos a Amsterdam. Me pareció una de las ciudades más lindas de nuestro recorrido, y me dí cuenta de que para evaluar la belleza de una ciudad no me basta con su historia, su arquitectura, sus paisajes... no puedo despegarlas de su gente. Y además de que es una ciudad que desborda historia, arquitectura y paisajes, su gente es súper cálida: a pesar del frío, todos (pero todos, eh!) están en la calle, en sus bicicletas, con sus hijitos a cuestas (a veces tres o cuatro chiquitos en una bici!), en la vereda de los cafés, charlando, riendo. Y todo eso me hizo pensar "mmm, yo podría vivir en este lugar un tiempito"

Nuestro hotel, modesto y cómodo, estaba súper bien ubicado, en una de las cuatro cuadras que rodean la "Plaza Rembrandt". Y metros, nomás, estaba el mercado de flores. Como no era época de tulipanes, te ofrecían los bulbos para llevar a casa y todo tipo de flores hermosas.

Con ustedes, las vedettes de la ciudad: No son sus edificios ni sus canales, son la bicicletas. Y son las dueñas del lugar: ocupan todo! Veredas, calles, puentes, por momentos no tenés por donde pasar, y son miles y miles, hasta donde alcanza la vista. Un día, pasamos por la facultad de Amsterdam y vimos tantas bicis, ya en cualquier parte, que para un edificio no tan grande, parecía que cada estudiante llevaba tres o cuatro por si acaso...




y aman los gatos. Fue la única ciudad donde los vimos por doquier. Y súper gorditos!

Los canales son mágicos. Después de Venecia, es la ciudad con más canales, prácticamente calles. Y sus casa flotantes tienen de todo: hasta terrazas con deck y sillones. En un paseo en lancha, no podía dejar de mirar adentro de estas casas, que tienen ventanales enormes, y sorprenderme de que... adentro llevan una vida normal! jaja


Una vereda cualquiera: bicis y más bicis.

Como casi toda la ciudad está contruída sobre terrenos ganados al pantano, en realidad, así son sus cimientos: pantanosos: eso hace que las casas, en su mayoría de madera y muy antiguas, tengan que estar en constante mantenimiento, lo que eleva el precio de de los alquileres, y en definitiva , el costo de vida. Aún así, la mayoría de las casas están bastante torcidas!

Detrás de esta iglesia antigua, está la casa donde vivió Anne Frank, que ahora es un museo. La verdad, quisimos entrar dos veces, pero siempre había tanta espera que decidimos usar ese tiempo para caminar la ciudad (y de paso, tenemos una excusa para volver!)

Fuimos a la primer fábrica de cerveza Heineken, ahora convertida en museo

Estuvimos dentro de un tonel gigante de cerveza. Si, hace cien años antes, hubiéramos estado cibiertos por 15 metros de cerveza!

Un bartender virtual inicia el recorrido. Entre máquinas antiguas y la más última tecnología, se hace un recorrido muy entretenido, pero tampoco waaaau.

Y en realidad, toda la historia es la excusa para llegar al momento de la degustación!



Los canales hacen el paisaje más que pintoresco... cuántas veces ya llevo usando el adjetivo "mágico"?

El "barrio rojo" es pura oferta de sexshops y si, vimos chicas que ofrecían sus servicios en unas vidrieras que estaban... frente a una iglesia! Hablando de la biblia y el calefón...

Ni hablar de los "Coffee Shops", negocios o barcitos donde se puede conseguir todo tipo de variedades de marihuana y hongos. Si este viaje lo hubiéramos hecho, digamos unos cuatro o cinco años antes, probablemente hubiéramos probado de todo, es parte de la experiencia de estar en esta ciudad y todo el mundo lo toma con mucha naturalidad (es corriente ver en la calle grupos de amigos, jóvenes y grandes, fumando o muertos de risa, ya saben por qué!). Pero ahora, somos papás de Amadeo y realmente cualquier pensamiento mínimode hacer algo que modifique mi capacidad de reacción, de alerta ante cualquier imprevisto, me hace anular la posibilidad de esa experiencia. Fueron buenas épocas, sin embargo (y las recuerdo con mucho cariño!).
Paseo en lancha. Vimos el atardecer y las luces de la ciudad encenderse desde el agua. Digan conmigo: Mágico!

Encontramos un mercado callejero de ropa nueva y usada. Y descubrí el lugar preferido de las chicas de las luces rojas para buscar calzado!

Se sabe que soy fan de todo lo "vinatge", y amo las ferias americanas y los mercados de pulgas; por suerte, en cada ciudad encontré uno o dos! Y si bien me traje algunos tesorillos que ya voy a mostrar, comprar ropa usada en Europa es casi imposible! es mucho más cara que la ropa nueva! Se cool en Europa no es para nada barato...


Uno de los puentes más antiguos de Amsterdam, todavía puede levantarse manualmente elevando sus cadenas (y si, acá también la gente dejaba candados de amor eterno... y si empezamos esta costumbre acá?

Una de las adaptaciones de bicis que vimos en la calle para llevar chicos. Lo de la sillita atrás, es cosa de niñitas!


  Otras bicicletas tienen adosado adelante un carrito con capota, donde vimos chicos hasta tomando sus sietecitas!


Más tiendas de cosas usadas y fabulosas... entendí que está bien que la historia tenga valor y su precio sea acorde, aunque yo no lo pueda pagar...


Lo Holandeses (en realidad los "Amsterdianos" o "Amsterdenses"?) son muy elegantes, y el diseño es en todo (por esta foto, estuve tentada en decir "a cada paso" pero me pareció mucho, jaja)


Nos llamó la atención encotrar muchísimas parrillas "estilo argentino". Definitivamente, para comer buena carne hay que mirar al sur...

No me alcanzan las palabras para agradecerle a la vida, o a quien sea, lo bien que la pasó Amadeo durante este viaje. Aún con el frío, ni un moco. Aún con los sabores extraños, comió de todo. Aún rolando por la calle todo el día, ni una queja. Si es posible, te amo aún más, niño ninja.



Fotos Gaby Morales y Mariano Nesi

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