jueves, 9 de abril de 2015

Cuatro años después... todavía allá vamos!!!



20 de julio de 2010: "Al fin me decidí a crear un blog! Como recién casada, futura madre, amante de la fotografía y de pasarla bien en general, hay muchas cosas que quiero compartir. Cosas "lindas", que me hacen sentir bien y estoy segura de que pueden pintarle una sonrisa también a los demás. Chusmeo muchos blogs extranjeros (especialmente de eventos, fotografía, diseño, moda, etc.) de donde tomo prestadas buenas ideas. Es hora de compartir el crimen con más gente (para sentirme menos culpable, tal vez, ja!).
Alguna que otra buena idea original me ronda en la cabeza de vez en cuando. Cuando suceda, también se las cuento."



Más de 600 posts, más de 100.000 visitas y cuatro años después, cuatro, aquí estamos! En todo este tiempo, todo mi mundo se dió vuelta por completo, pero algo se mantuvo constante: mi blog, mi espacio, siempre estuvo ahí: a veces para compartir algo gracioso, algo curioso, a veces para compartir algo que me estaba pasando y de esa manera no sentirme tan sola... por eso digo que quien vocifere a los cuatro vientos que las nuevas tecnologías aíslan a las personas, que vengan a charlarlo conmigo... seguro que lo resolvemos afuera, jaja! Siendo siempre sincera, cuando empecé a escribir el blog, me sentía un poco sola con todo lo que estaba por llegar: nada más ni nada menos que el comienzo de nuestra familia: Necesitaba compartir todo eso que me pasaba con alguien que prestara la oreja, o los ojos, y ahí estuvieron ustedes! El blog se convirtió en mi ejercicio de hablar sin miedo al retruque, y fuí aprendiendo que cuando me expresaba sinceramente, con mis propias palabras, empezaba a encontrar mi voz y a perder el miedo a mostrarme tal cual era. La práctica funcionó, tal vez demasiado, porque soy un libro abierto y hablo de cualquier cosa con cualquier persona, pero me gusta más así, me gusto más así. Gracias, Blog, porque cuando abrí mi corazón, abrí sin saberlo muchísimas puertas, algunas que hasta me llevaron a sus casas, puertas de casas de amigos.
El aspecto no tan positivo de tener un blog, y de tomarlo con mucha seriedad y responsabilidad como yo, es que se fué volviendo también un peso más: me impuse a mí misma escribir tres veces por semana, y por ser inflexible, por cumplir con plazos que a mí misma se me ocurrieron, terminé escribiendo de madrugada, sin dormir, con la casa prendida fuego y sin baterías. Hay que ser flexible con nuestras propias expectativas o trabajás agotando tu reserva de energía y de ganas de hacer las cosas... otra cosa que no me gusta de escribir el blog, es la dependencia que me genera a estar conectada todo el tiempo, y es algo que noté recientemente que empecé a transmitirle a mis ninjas... cómo pedirles que suelten la tablet si mamá está constantemente enganchada con su celu? Entonces, es tiempo de hacer cambios, cambios que sacuden y reacomodan. Cambios que hacen bien; por un momento pensé en dejar de escribir el blog, pero varioss amigos me pidieron que lo repensara, y hasta mi hermana se me apareció una noche para hacer una especie de "intervención": Cómo que vas a dejar de escribir en el blog?! jaja! No, no voy a dejar de escribir en él, simplemente porque no puedo. Quién abandona algo que ama tanto? Entonces me dí cuenta de que lo que necesito es encontrar un nuevo ritmo. Voy a escribir más espaciado, de acuerdo a mi necesidad de contar cosas...tal vez haya semanas lentas, de esas que parecen que no pasa nada y después: Boom! Largo todo junto, jaja! Los posts de los findes me llevan mucho tiempo, y también me doy cuenta de que paso tanto tiempo sacando fotos como viviendo el momento... eso me empezó a hacer ruido: quiero que los mejores recuerdos queden en mi memoria, porque estaba AHÍ, porque LOS ESTABA VIVIENDO. Mis ninjas crecen y me recuerdan cada noche que ese día que se fué, no vuelve, y necesito estar atenta, sin distracciones, porque creo que lo peor que me podría pasar, es darme cuenta de que me perdí ese instante al día en que sus ojos brillan con una luz especial, ese momento en el que algo cambia en ellos, ese momento en el que crecieron un poquito más y ya no son los niños que fueron ayer... no quiero distraerme tanto, quiero mirar más para adentro: adentro mío, adentro de mi pareja, adentro de mi casa, porque nuestro verdadero mundo está ahí.
En estos cuatro años, me acompañaron como la torre de control que acompaña a un astronauta que pisa un planeta totalmente nuevo y desconocido (bueno, soy nerd hasta cuando me pongo melancólica!). Ahora hice mi base en este planeta, y ya no es tan desconocido porque me quedo acá. 
Nos seguimos viendo, porque en este universo infinito, tengo suerte de haberlos encontrado!
Que tengan un finde absolutamente adorable!!!

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