Mañana será otro día...

Piensen por un segundo en el peor monstruo que podría apoderarse de ustedes. El mío tiene nombre y apellido: se llama Señor Agotamiento Total. Este sujeto (si, es masculino) suele aparecer en todo su esplendor después de las diez de la noche. Y lo toma todo, sin dejar casi rastros de mi: hoy estoy tan agotada, que me acabo de dar cuenta de que hace dos días que no tengo tiempo para darme una ducha (espero haber sido la única que lo notó), que no puedo bañarme de noche, cuando tengo un ratito libre si Amadeo duerme porque tendría que usar el secador de pelo y despertarlo o dormir con el pelo húmedo y enfermarme (situación en la que me encuentro al corriente). Estoy tan agotada, que tengo mucha sed pero no tengo ganas de ir hasta la heladera, sacar una botella de jugo, servirme en un vaso y beberlo. Estoy tan cansada que hace un rato lloré, después me enojé y ahora siento lástima de mi misma y tengo ganas de llorar de nuevo (y ya me estoy enojando otra vez). Estoy tan cansada que tipear me hace doler los brazos. Estoy tan cansada que quiero comer azúcar, harina y chocolate todo el día. Estoy tan cansada que me olvidé la comida en el fuego y casi se quema. Estoy tan cansada que no quiero discutir ni pelear y podría aceptar la culpa de cualquier crimen con tal de evitar una confrontación. Estoy tan cansada que casi me olvido de las cosas lindas que tuvo mi día. Casi me olvido de que tengo muchas de las cosas que la gente suele desear toda una vida. Pero tengo mi pequeño botiquín de emergencia con cositas chiquitas que me hacen sentir mejor... Una es este video de Feist, que siempre me levanta el ánimo, lo comparto para quien como yo, algún día (como hoy) lo necesite.



Vía Youtube.com