miércoles, 9 de marzo de 2011

"Up" en la vida real


Casi como que no tenemos vecinos. Vivimos en la calle 843, a una cuadra de la estación de Solano. A nuestra izquierda, un enorme negocio de sanitarios que ocupa toda la esquina. A nuestra derecha, una gigante tienda de telas. Ambos locales empezaron, casi al mismo tiempo, a expandirse casi en todas las direcciones posibles que les permiten sus terrenos (tercer piso y hacia el fondo), uno para ser un megadepósito y otro, presumimos, para convertirse en departamentos, dejándonos casi sin sol en nuestra habitación. Lindo despertarse a las 8 de la mañana con martillos hidráulicos y mezcladoras, sin contar con el enchastre de cemento o cascotes que caen en nuestro patio y jardín... Indudablemente, hay gente a la que le gusta mucho el cemento, y bien cuadradito. Fue hace pocos días, mientras merendábamos en nuestro patio, entre los árboles y plantas pero al son de los albañiles que nos rodean (y de paso, miran) que Mariano me dijo " Me siento como el viejito de Up, quiero llenar la casa de globos y salir volando. No quiero vivir más en este barrio". Lo entendí completamente y el sentimiento es mutuo. Desde entonces estamos empezando a pensar donde queremos vivir (nuestra casita cordobesa es un paraíso pero no es nuestra idea vivir tan lejos de todo en este momento)... somos jóvenes (pero no por mucho tiempo más) y podemos darnos el lujo de hacer cambios drásticos pero bien pensados y evaluados. Todo sea por vivir mejor y no atarnos a ideas que no se ajustan a nosotros como "ya compraste una casa y tenés que vivir ahí por el resto de tu vida".
Mientras estamos en el medio de todo este replanteo, me encuentro con estas imágenes donde la National Geographic recreó la casita de la película y la hicieron flotar con globos gigantes, como parte de una producción llamada "How Hard Can it be?" (algo así como "Qué tan difícil puede ser?"). Me causó gracia. Si el viejito de Up pudo, nosotros también vamos a poder.



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